Nueva Gran biblioteca de la Universidad de Alcalá

Teníamos ganas de hacer un post así. Y a la vez, igual que cuando nos solivianta la realidad local y tenemos que contenernos a la hora de escribir para no caer en lo ofensivo y mantener la compostura; ahora nos ocurre lo contrario y no queremos dejarnos arrastrar por la euforia.Imagen0108

Todo lo anterior viene a cuento de la inauguración de la nueva biblioteca universitaria de la Universidad de Alcalá (UAH). Bueno, en realidad no es nominalmente una biblioteca sino un CRAI (Centro de Recursos para el Aprendizaje y la Investigación). Este cambio de nombre (y supuestamenta de funciones y servicios) viene del nefasto Plan Bolonia. Nos evitamos contarlo, igual que pasamos por alto todo el culebrón de la propia creación de la biblioteca en el cuartel de Lepanto.

La primera sensación al acceder a las neuvass instalaciones es de amplitud. Grandes salas con techos altos. Centenares de puestos de lectura, incluyendo salas inmensas donde solo hay mesas y sillas, que más parecen un salón de bodas que una biblioteca.. Una construcción sencilla y austera, con mucho hormigón a la vista. Otra cosa que entra por los ojos es la luminosidad del edificio.

Esos grandes espacios colonizados por mesas de estudio, hacen pequeña a la colección de libros y documentos. Aunque  parece que a los/as usuarios/as tampoco lo van a echar en falta porque era pocos/as, durante nuestra visita, que hicieran uso de los propios fondos de la biblioteca. Apuntes y aparatos electrónicos era la presencia hegemónica sobre las mesas.

Es un sitio donde apetece acudir para poder estar tranquilo para estudiar e investigar. Y la verdad es que da gusto ver que tenemos servicios públicos como este cuando la tónica general es desmantelarlos. También es cierto que la apertura de este CRAI ha supuesto el cierre de bibliotecas propias de varias Facultades. No nos atrevemos a valorar si las sinergias del la nueva propuesta anulan las ventajas de la descentrlización y autonomía anterior. Los propios usuarios deberían juzgarlo.Imagen0110

Con todo, aunque nos parezca majestuosa, la nueva biblioteca está en un línea media de lo que son las bibliotecas universitarias europeas. Tampoco es que se hayan elevado los servicios respecto a lo que se ofrecían en las anteriores bibliotecas. Lo realmente nuevo es el espacio. Eso sí, se mantiene la política de accisibilidad, que tanto se han trabajado en las bibliotecas de la UAH.

Entre las cosas mejorables del edificio está la climatización. Al ser espacios tan amplios y abiertos los gastos en calentar o enfriar las instalaciones pueden ser un dolor de cabeza futuro [ya ha habido bibliotecas de la UAH sin calefacción en invierno]. De hecho, cuando estuvimos la semana pasada la diferencia entre la planta baja y la última planta era de varios grados, y coger el ascensor era cambiar de verano a otoño en cinco segundos.

También nos sorprendió que la cartelería de las instalaciones y era provisional (folios pegados en la pared) y que no fueran bilingües teniendo en cuenta la fiebre del inglés en la educación superior. Echamos a faltar también un Salón de Actos o de Exposiciones.

Y un fallo muy lamentable, de cara a los servicios bibliotecarios, es que no haya puestos de atención en las distintas plantas de la biblioteca. No basta con colocar un teléfono en cada planta para hablar con el mostrador de la planta baja como si fuera un teléfono de emergencias.

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Muy muy útiles

La apertura de la nueva biblioteca nos hace mirar hacia adelante, anhelando que este sea el primer paso para recuperar el uso de los antiguos cuarteles para el uso colectivo de la ciudad. Las posibilidades, por espacio, son casi infinitas. Otra cosa es la financiación…

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